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Arquitectos: Studio ArquitetUras
- Área: 160 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Julia Novoa
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Proveedores: Dalle Piagge, LDArt, Martipisos
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa fue construida en 1971, cerca del Parque Ibirapuera, en São Paulo. Con poca luz natural y muchos ambientes separados, era oscura, llena de puertas, poco integrada y sin ventilación. Además, los retranqueos laterales eran pequeños y con altos muros limítrofes. El desafío fue traer luz y ventilación a los espacios familiares comunes de la planta baja. La propuesta principal fue derribar todos los muros internos, haciendo de ese espacio un ambiente único e integrado. La primera dificultad fue ubicar los pilares, saber cómo eran los cimientos y la estabilidad del terreno, ya que solo teníamos de la construcción original, un plano de trazado simplificado que había sido modificado anteriormente.
Tras los derrumbamientos y la localización de los pilares originales, se optó por una nueva estructura para soportar la segunda planta y eliminar todos los muros, especialmente el derrumbe de toda la escalera de mampostería y los muros que la encerraban. Se calcularon y puntuaron vigas y pilares metálicos en el perímetro del centro de la casa. Para realzar la estructura, se optó por dejarla visible pintándola en un tono verde, probado y elegido en las redes sociales. Se ampliaron todas las ventanas con marcos de hierro artesanal, hechos a medida. Al fondo, una puerta camarón despeja completamente el espacio, dando acceso a un patio y a un galpón. En la sala central, dos tímidas ventanas se unieron formando una, de hierro, al igual que la ventana de la fachada principal. Se realizaron actualizaciones en la cerrajería para dar seguridad y así poder quitar los barrotes que había en todos los espacios de acceso a la casa. Una pequeña ventana localizada en el segundo piso de la escalera original se reemplazó por un gran ventanal de ladrillos de vidrio, trayendo luz y seguridad, sin quitar privacidad.
La estrella del proyecto es la escalera. Del mismo tono de verde que las demás estructuras metálicas de la casa y diseñada especialmente para esta reforma, se realizó con chapa doblada con dos largueros extendidos por toda la estructura y con un pasamanos que parece flotante, ya que se apoya en solo dos puntos. El piso de baldosas delimita la entrada, escalera y oficina en el hogar alineándose con la viga de metal que pasa justo por arriba y bordeando el cálido piso de madera de tauari que define los espacios de sala de televisión, living y comedor. Se pintaron todas las paredes de blanco para reflejar la luz que entra por las ventanas, excepto una, que fue parcialmente pelada para exponer los ladrillos originales, jugando con las texturas y colores de toda la construcción. Finalmente, y a pedido de los dueños, se diseñó un espacio de oficina en el hogar debajo de la escalera, frente a una gran biblioteca con estructura metálica y estantes de madera, aprovechando toda la altura y luz hasta el techo del segundo piso.